sábado, 30 de junio de 2012

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No sé que ocurre , pero nada va bien.
El caos que siempre he controlado, es como un huracán que camina por si sólo.
Y que se lleva todo por delante.
Arrasando con mi vida.
Confesiones a nadie que me comen por dentro,
llantos que nadie verá ni sentirá.
Sensaciones que sólo yo conozco.
Apoyos que no tengo.
Verdades que oculto por miedo al desprecio,
al alejamiento.
Quizás aceptar que soy complicada sea la única solución.
Un remedio que puede ser un arma letal.
Y solo yo saldré herida de esto.

miércoles, 27 de junio de 2012

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Sentarte en un sofá de mierda a ver la vida pasar.
Tantear el terreno, mientras lo único que haces es encenderte un cigarro detrás de otro,
anhelando ser uno de ellos para poder consumirte igual.
Tengo tanta mierda dentro que necesito repartirla entre varias personas.
Necesito darle solo un poco de mierda a cada uno, para que no huela excesivamente mal.
Y así no huyan.
Todos huyen.
Querer emborracharte y contarle todas tus penas a un desconocido al que jamás volverás a ver,
y con el que tendrás una complicidad absoluta en ese momento.
Y será tu mejor amigo un instante, un segundo, unas horas.
Respirar profundo, hacerte daño para notar que sigues vivo,
volverte loco para notar que todavía no has muerto.
Maldita vida que nos exige permanecer ahí,
malditos seres queridos, bastardos infieles que no dejáis que muera en paz,
sin sentir la mala conciencia de infringiros un daño.
Malditos todos, maldita familia, maldita existencia inverosímil.
Maldito malestar continuo, maldita sea.
El odio hace mucho que desapareció para dejar paso a la indiferencia,
la peor de todas las sensaciones.
Y aquí sigo, vivo.
Vivo porque mis órganos funcionan, al igual que mi mente.
Pero por dentro llevo tantos años muerto que apenas reconozco la viva imagen de la felicidad,
de la sonrisa del que te quiere, del abrazo sentido.
De la confianza.
Camino solitario echando un ojo de vez en cuando a mi sombra,
con miedo a que huya y me apuñale por la espalda cuando el sol le es favorable,
con miedo a perder lo único que sé que siempre me acompañará.
Algún día huirá como todos?
Perderé la imagen al verme en un espejo, o el reflejo de los charcos de agua?
Perderé el brillo de los ojos, o la expresión de mi triste cara?
Poco a poco me arrebatas todo vida injusta.
Todo.
Poco a poco soy consciente de que lo que ahora veo es lo que ahora tengo.
Y sólo me veo a mi,
a mi taciturno ser, caminando por una calle demasiado angosta para su cuerpo.
Notando la opresión en cada paso que da.
Ve la luz al final, pero cuanto más anda menos ganas tiene de llegar a ella.
Menos ganas de luchar,
muchas ganas de rendirse.
Y cuando lo haga descansará en paz.
En esa paz que ningún ser humano encuentra hasta que muere completamente.