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Tanto desánimo, tanta frustración, tantos silencios rotos por el más estúpido de los ruidos.
Tanto odio, tanto rencor, tantas lluvias interrumpidas por el más leve de los rayos de sol.
Tanta muerte por todos lados, tantos cigarros apagados, tantas caladas profundas sin dar, tanta pena.
Tanto miedo, tanta codicia, tanto asco disimulado en la más profunda de las sonrisas.
Tantas mentiras salidas desde la profundidad del alma.
Tantos engaños, tantas evasivas, tan pocas nubes en un cielo demasiado claro.
Tantas preguntas, tan pocas respuestas, y tantos porqués que nunca serán contestados.

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-Te gusta jugar pequeña?
-Me encanta.
-Podemos probar a jugar a algo, puedo proponerte algo nuevo.
Inhala todo lo que puedas, hasta hacerte daño. Cuando notes el dolor, para.
Prolonga ese momento en el que sufres, y alárgalo todo lo que puedas.
Te gusta? Inhala un poco más.
Tranquila, tu cerebro no se está rompiendo, solo te da esa impresión.
Mantén un poco más el dolor, ya casi lo tienes.
Inhala un poquito más, venga. Es fácil.
Y ahora suéltalo todo.
Cómo te sientes?
...

Vaya, se ve que no estabas lista para jugar a estos juegos de mayores.
¿Tendría que haberte avisado de que se juega el todo por el todo?

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- Respiro el humo que sale de mi boca,
un cambio de aires no me vendría nada mal.
Ven corre, arrasa con todo.
No hay nada que esté por encima de ti.
Te reto incluso a que encuentres mi kriptonita, vamos, corre.
El tiempo se acaba, acepta tus errores.
Asume que lo que más te jode de todo es que eres igual de mala persona que yo.
O incluso más.
De hecho sí, creo que eres bastante peor.
Deja de respaldarte en lo que yo te hice, y piensa en lo que has hecho tú.
Que yo no airee tus verdades no significa que no las sepa, sin embargo, no he querido prolongar el juego.
Este juego de odio que nos ha matado a los dos.
Este juego de odio que para mi es un juego, pero que para ti no.